La Pluma Iris

Asociación cultural

3 de agosto de 2019


Y de repente acabó todo

Autor: Thor D. Dragonhead

Y de repente acabó todo. El recuerdo ya casi borroso de las tardes de amor, nuestras bocas juntas, nuestras lenguas danzando la una con la otra. El tintineo de nuestros pircings al chocar. Nuestra saliva fusionándose en una sola, el sabor de tu piel, el brillo de tus ojos. El olor de tu sangre. El tacto de tus dedos. El vello de tu cuello erizado, tus piernas apretadas y moviéndose de arriba a abajo, rozando tu sonrisa vertical. El frio del invierno, el cielo de pipermint. Mi mano buscando tu placer. Tus dientes hundidos en mi oreja.
El placer y el dolor juntos forman la mas bella de las sensaciones, como el amor y el deseo, expresan la mas pura naturaleza humana. Tus pechos desnudos se posan sobre mis hombros, y mi lengua recorre cada centímetro de tu blanca tez. Descubro rincones donde nadie antes había llegado. Mis ojos no quieren perder detalle de tu silueta, de tu color, de tu forma y de tus gestos, como si supieran que esa ocasión, por una ironía del destino, pudiera ser la última vez que los contemplara. Intento guardar en mi memoria una copia exacta de cada segundo que pasamos juntos, pero con el tiempo, los recuerdos se desvanecen tal y como se desvaneció el dolor, el deseo, los cielos de pipermint, el placer y el romance. Pero lo que es seguro que el tiempo jamás podrá tumbar, es el recuerdo de un amor tan puro como la naturaleza. Como la sangre. Como el semen. Como el placer. Como la vida. Como la muerte. Cada segundo que pasamos compartiendo nuestros fluidos, dejándonos llevar por nuestra naturaleza menos racional, fueron segundos donde me sentí vivo. Y eso es algo que solo la muerte podrá arrebatarme.


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